29 Jun
29Jun

México tiene más de 1500 platillos y bebidas típicas.


La comida por regiones…

En el Norte de México son famosas sus carnes y quesos.

En la Costa Pacífica del Norte todo son las deliciosas frutas y los vegetales.

En la Región Baja es típico el arroz, el cerdo y las salchichas.

En Costa Pacífica Sur, el chile, el pollo y el queso.

En la Región Sur el maíz y las especias son protagonistas.

Mientras que en el Golfo el maíz y la vainilla.


Algunos de los platillos típicos de México. 


Pozole

El pozole es el caldo nacional mexicano y cada cocinera familiar tiene su secreto con el que pretende distinguirlo de cualquier otro del vecindario.

El ingrediente más representativo del pozole es el grano de maíz tierno de la variedad cacahuazintle, que es nativa de México y tiene una apariencia blanca, dando al platillo la denominación complementaria de pozole blanco, que es el más popular.

El caldo lleva cerdo o pollo y otras variedades son el pozole rojo y el pozole verde, que adquieren esos colores en función de los ingredientes.

Tacos

Los tacos son un alimento popular originario de México que consiste en una tortilla de maíz o harina de trigo rellena con diferentes ingredientes.

Son cientos los tipos de tacos que se pueden encontrar a lo largo de México, pues en cada zona del país se han desarrollado distintas variedades, caracterizadas tanto por los ingredientes del relleno como por el método de preparación.

Aguachile

Este caldo de camarones frescos con chile es oriundo de la costa del Pacífico mexicano. La receta original es sinaloense y los chiles deben ser chiltepines, unos frutos redondos y pequeños que se dejan secar en la planta para que adquieran su picor característico.

La receta evolucionó y ahora hay un sinfín de aguachiles, como los rojos, verdes y hasta los que llevan tequila o mezcal. Un buen aguachile puede hacer mucho bien después de una juerga con fuerte resaca.

Tamal

No mucha gente sabe que el humilde tamal fue un alimento de la nobleza mexicana durante la época prehispánica y los sacerdotes los utilizaban en sus ceremonias, de donde viene la tradición de ofrendarlos el Día de Muertos.

Ahora los tamales forman parte de la dieta de todos los mexicanos, envueltos en hojas de maíz o de plátano, simples o rellenos con carnes, chiles, verduras e incluso frutas.

Vuelve a la vida

Es un cóctel de mariscos muy consumido durante la época de la Cuaresma, con el que los mexicanos costeños pretenden “volver a la vida” sin haber ayunado como si tuvo que hacerlo Jesús en el desierto.

El cóctel admite toda la variedad de mariscos y frutos del mar, como langostinos, camarones, ostiones, pulpo y caracoles. El “Vuelve a la vida” veracruzano lleva erizo y dicen los entendidos que es una bomba afrodisíaca.

Pollo en salsa pipián

Según la mitología prehispánica, la calabaza surgió de la cabeza de un guerrero decapitado en un juego de pelota contra los señores del inframundo.

La salsa pipián, preparada a bases de pepitas de calabaza tostadas y molidas, tiene pasado mitológico y se interna en las más antiguas tradiciones culinarias mexicanas.

El delicioso pollo al pipián tiene una atractiva apariencia verdosa gracias al chile verde que lleva la salsa.


Ceviche

La carne de pescados y mariscos marinada en jugo de limón, lima o naranja agria, se prepara en toda la costa americana, tanto en la del Atlántico como en la del Pacífico.

Generalmente se hace con un pescado de carne blanca, como mero, huachinango, merluza o corvina, y en México se añade chile verde al marinado, que lleva también cebolla morada, cilantro y otros ingredientes.

También son muy populares los ceviches de camarones. Suelen acompañarse con totopos.

Mole poblano

La versión más aceptada señala que esta deliciosa salsa que se come tradicionalmente con trozos de guajolote, fue creada en el siglo XVII por sor Andrea de la Asunción en el convento poblano de Santa Rosa para agasajar al virrey Tomás Antonio de la Serna y Aragón, de visita oficial en la ciudad.

Según la tradición, sor Andrea empleó cerca de 100 ingredientes. Ahora nos conformamos con menos, pero no pueden faltar varios tipos de chile, chocolate, jitomate, plátano, nueces, pasas, ajonjolí, ajo, cebolla, tortillas y especias.

Mole negro

El mole negro es uno de los emblemas gastronómicos de Oaxaca y la receta tradicional lleva 34 ingredientes, incluyendo 6 variedades de chiles tostados con sus semillas, que son chilhuacle negro, pasilla, mulato, guajillo, ancho y chipotle.

Como todos los moles, lo más glamoroso es comerlo con guajolote, el nombre que los mexicanos dan al pavo, pero también va con pollo y cabeza de cerdo.

Guacamole

El guacamole es una de las salsas mexicanas más populares y versátiles, ya que se presta para salsear cualquier cosa, desde unos totopos hasta un plato de carne.

Sus ingredientes básicos son el aguacate y el chile verde, otra razón para su popularidad, ya que ambos componentes son abundantes y baratos en México.

Según la mitología precolombina, la receta del guacamole tiene origen divino, al ser creada por el mismo Quetzalcóatl para que los toltecas contaran con algo bueno para salsear.

Birria

La birria es un platillo a base de carne de borrego o de chivo, muy popular en Jalisco. A falta de borrego o chivo, también se hacen de carne de res.

El plato a la manera tradicional se prepara en horneado de tierra con la carne cubierta con una salsa a base de chiles y especias y tapada con hojas de maguey.  Las birrias más comerciales se preparan en horno de leña o de gas.

Sopitos colimenses

Los sopitos son tortillas más pequeñas, de unos 6 cm de diámetro, con un pequeño reborde, que se fríen en manteca y se cubren con carne, col rallada, lechuga, cebolla, rábanos y queso cotija.

Los colimenses acostumbran comerse por lo menos 5 sopitos cuando van a cenar a los restaurantes llamados cenadurías. Se acompañan con una salsa de tomate verde y chile de árbol.

Caldillo duranguense

Los durangueños se acostumbraron a secar la carne de res para conservarla por más tiempo y a partir de ella elaboran su famoso caldillo desde los primeros tiempos de la colonización española.

En la preparación no pueden faltar los chiles pasados y el comino y se acompaña tradicionalmente con tortillas hechas a mano.

El caldillo durangueño se ha convertido en una atracción turística en la ciudad que le da su nombre. Hace algunos años fue preparado uno con 1.800 kilos de carne y más de 5 mil litros de agua, suficiente para 25 mil personas, que obtuvo un Record Guiness como la sopa más grande del mundo.

Barbacoa de borrego

La barbacoa de borrego es el plato simbólico del estado de Hidalgo y su principal aliado son las pencas del maguey.

La carne se envuelve en maguey y se hornea a fuego lento en un pozo revestido de piedras y también de pencas magueyeras.

En la parte de abajo del hoyo se coloca un recipiente para recoger el delicioso consomé de carne con sabor a maguey que va soltando la preparación. La carne queda tierna, jugosa y exquisita.

Carnitas de michoacan

Las carnitas son las grandes representantes de la cocina michoacana y su secreto estriba en que el cerdo se fríe en su propia manteca en un cazo grande de cobre, metal que distribuye más uniformemente el calor.

La preparación de las carnitas es una ceremonia en la que participan una larga pala de madera para mover las carnitas sin acercarse demasiado al fuego, un trinchador para sacarlas y la pinchada, que es una coladera de metal para atrapar y escurrir los trozos de carne.

Pescado zarandeado

Es un clásico de la costa nayarita que se ha popularizado por todo el litoral Pacífico mexicano. El pescado, preferentemente pargo, se coloca sobre papel de aluminio y se unta con mantequilla sal de ajo, pimienta y jugo de limón.

A continuación se barniza con una mezcla de salsa picante, catsup y salsa de soya, y con mostaza y mayonesa. Finalmente se asa a la brasa

Chile en nogada

El chile en nogada le disputa al mole la supremacía gastronómica del estado de Puebla. Se prepara rellenando un chile poblano con un picadillo guisado de carnes de res y de cerdo y con trocitos de frutas, siendo las más utilizadas manzana, pera, durazno y plátano.

La preparación se cubre con una crema de nuez, granos de granada y perejil picado, cuyos colores hacen una representación culinaria de la bandera nacional.

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